Sueños grandes en una ciudad
pequeña: la vida de Lindsey Jones
Hace diecinueve años
cuando nací el dos de noviembre de 1995 mis padres ya sabían que querían
llamarme Lindsey Grace. Me dieron este nombre porque Lindsey es el nombre de una
ciudad en Canadá que les gustaba visitar, y mi segundo nombre es de mi bisabuela
Grace. Aunque tengo ambos nombres, mi madre siempre me llama Grace, nunca
Lindsey. Si mi mamá está un poco enfadada o muy emocionada, me llama Gracie. ¡Hace
muchos años que no la escucho llamarme Lindsey!
¿Cómo soy yo? Bueno,
sobresaldría de la multitud por algunas características únicas, principalmente
debido a mi altura. Soy de estatura alta, mido cinco pies con nueve pulgadas.
Cuando era niña, era más alta que todos los chicos de la escuela, y no me
gustaba. Ahora, me encanta ser alta porque parezco más poderosa, en mi opinión,
y me ayuda a sentirme más segura. Trato de hacer ejercicio frecuentemente, pero
soy muy torpe y por eso puede ser un poco difícil. Me gusta pensar que soy
fuerte, pero tengo más metas para alcanzar. Otra característica única es mi
piel, desafortunadamente. Tengo la piel muy blanca y ¡no puedo broncearme nada!
En la multitud, puede encontrarme fácilmente porque soy tan blanca. Me gustaría
tener piel bronceada, pero trato de aceptar que nunca pasará. Por otro lado,
tengo buena piel porque es clara, con la excepción de cicatrices y moretones. Me
salen moretones con felicidad porque soy tan pálida. Además de mi piel, mi pelo
me ayuda destacar. Es muy largo y es de un rubio oscuro. Me gusta tener pelo
largo por que mi cara es angular, como un cuadrado, y tengo mejillas grandes que
no se han encogido desde que nací. El problema con mi cabello es que se me cae
mucho, como un gato. ¡Siempre puede encontrar pelos lisos alrededor de mi
cuarto! Paso mucho tiempo arreglándomelo porque mi pelo no está rizado ni liso
cuando me despierto. Con mi exceso de cabello y altura, debe de ser fácil
encontrarme en la multitud.
Como cada persona, hay aspectos positivos y
negativos de mi personalidad. Soy muy extrovertida y habladora, lo cual me
ayuda a hacer amigos y estar segura en entrevistas. Para ser aceptada en la
escuela médica, tuve que aguantar siete entrevistas !en un fin de semana¡ Sin
mi habilidad de hablar, nunca había sido aceptada en el programa médico. En mi
opinión, esto me ha ayudado a ser quien soy ahora. Pero, algunas veces mi
familia y mis amigos dicen que hablo demasiado y demasiado alta. Un mal hábito mío
es que me gusta discutir acerca de los problemas mundiales porque no me cae
bien la gente de mente cerrada. En otras palabras, puedo ser muy crítica de la intolerancia.
En general, me gusta pensar que soy comprensiva y curiosa de otras opiniones y
culturas porque me encanta aprender nuevas cosas. También me gusta pensar que
soy cómica aunque dudo que muchas personas entiendan mis chistes, ¡todavía los
digo! Cuando no trato de ser cómica, puedo ser muy sensible, lo cual es una de
mis flaquezas. Lo odio porque muchas veces me preocupo de que mis compañeros no
me quieran o sus acciones sean antipáticas, cuando en realidad no las son. Básicamente,
me gustaría mejorar las cualidades mías que no contribuyan positivamente en mi
vida o en la vida de otros.
Cada día me conozco
un poco más ya que me doy cuenta de nuevos intereses y aversiones que contraigo.
Con el paso de los años, me he encontrado tranquila cuando trabajo en el jardín
o hago arte, pero no me gusta cuando se interrumpe mi paz con música alta u
otros sonidos ruidosos. Cuando tenga tiempo, vendo las bufandas y la decoración
que hago. Las vendo por internet y en algunas tiendas de mi ciudad natal.
También he empezado un blog donde clientes pueden aprender a hacer proyectos de
arte como los míos. Si todavía no pueden
o no quieren hacerlos, hay un enlace para mi tienda en línea. Otra actividad que hago cuando quiero escapar
del mundo es perderme en un libro por horas. Mi género favorito es la
biografía, especialmente sobre ciudadanos de otros países. Por último, me
encanta relajarme en la cafetería local con mi mejor amiga, y después explorar
las otras tiendas cercanas, llenas de antigüedades y arte de artistas locales. Además
de mis varios gustos, tengo algunos disgustos también. Primero, no me gusta
comer carne roja, lo cual empezó cuando era niña y miré "Charlotte's
Web", una película sobre la amistad entre un cerdo y una araña. Otra cosa
que me molesta es cuando personas no son educadas. Por ejemplo, no me cae bien que
a veces personas no me den las gracias cuando les abro puertas para ellas, cuando
¡es de buena educación! Y, como soy muy extrovertida y un poco directa, diré
"de nada" muy alto para que puedan oír. Finalmente, me enfado mucho
que las personas sean racistas contra hispanohablantes y otros extranjeros, y
no se den cuenta de la importancia de hablar más del inglés en este país. En
todo, me encanta tener experiencias nuevas para ampliar mis horizontes.
Así como mis
intereses definen mi vida, mi meta ha contribuido a quien soy yo y el viaje en que
estoy embarcando. Quiero ser dentista pediátrica en Sudamérica, atendiéndoles a
los niños desfavorecidos. Este sueño empezó cuando fui a Nueva York para un
viaje misionero. Allí trabajé como traductora para el grupo con los
hispanohablantes. Cuando estaba en un banco de alimentos, un lugar donde los
desafortunados pueden recibir comida gratis, conocí a una niña latina que
estaba enferma. En este momento, me di cuenta de que probablemente ella no
tenía acceso a cuidado médico o dental, ya que su madre no tenía bastante
dinero para apoyarlas. El hecho me rompió el corazón, y decidí que me dedicaría
a proveer cuidado dental para estos niños. Ahora, muchas personas me preguntan
por qué quiero trabajar en Sudamérica cuando hay necesidad aquí en Los Estados
Unidos. La única respuesta que puedo darles es que me siento llamada por Dios,
y si Él quiere que vaya, iré. Hay un obstáculo con el que he tropezado el cual
es que nunca he ido a Sudamérica, y necesito visitarla. Si por alguna razón Sudamérica
no es lo mejor para mi, planeo vivir aquí en Los Estados Unidos, proveyendo
cuidado dental para los niños de inmigrantes latinos. Espero alcanzar mi sueño,
y con la gracia de Dios ¡lo lograré!
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